6 de junio de 2016

El Gobierno Nacional y Mantilla despreciaron la consulta a decanos y ratificaron la antidemocracia como norma

*Sara Abril. Representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario.
En la sesión del 1 de junio del Consejo Superior Universitario se realizó la designación de decanos de la Universidad Nacional. Como comuniqué previamente, defendí que se respetara la consulta realizada en el mes de marzo; proposición que fue rechazada, ignorando así, el sentir de la comunidad universitaria. Mantilla y el Gobierno Nacional despreciaron la consulta y ratificaron la antidemocracia como norma dentro de la universidad más importante del país.
Desde que salió a la luz pública el Acuerdo por lo Superior 2034 como política pública del Ministerio de Educación quedó claro que la reforma a la educación superior que no pudo imponer Santos en el Congreso en el 2011 ahora se iba aplicar con el mínimo de debate democrático en cada nivel de decisión de la educación superior. De ahí el interés del Gobierno Nacional de interferir cada vez más en la elección de directivas de todas las instituciones públicas.
El Gobierno y Mantilla usaron la consulta a su antojo. No sólo la ignoraron en su mayoría sino que en el caso de la Facultad de Ciencias Económicas donde ganó el voto en blanco, el Rector la usó para interpretar que esto era una suerte de cheque en blanco para que él designara a quien quisiera para esa decanatura, postura acogida por la viceministra a quien le incomodan las posturas críticas que se han esgrimido desde dicha Facultad. “Cambiar el rumbo” de los debates académicos no se logra con decisiones administrativas sino con argumentos. No puede ser que el Gobierno Nacional y el Rector para estos casos atípicos no tomen como referente la ley que dicta que cuando gana el voto en blanco se deben repetir las votaciones sino que prefieran actuar como mandamases de Santos e imponer directivas cual cacicazgo.
Son indudables los méritos académicos de la planta docente de la Universidad, lo cuestionable es que el Gobierno y el Rector están incumpliendo el fin de la Universidad Nacional de “promover valores democráticos” establecido en el decreto 1210 de 1993. Es inconcebible que mientras las mejores universidades de América Latina practican la más amplia democracia, Mantilla hasta niega el uso de la palabra a la representación estudiantil, incumpliendo otro de los fines de la Universidad que es “estimular la integración y la participación de los estudiantes”.
Mantilla cada vez se aleja más de la Universidad Nacional para poder acercarse más a Santos. Es impresentable que el Rector cuestione al actual decano de Artes por no construir el nuevo edificio pero no le reclama los recursos para esta construcción al Gobierno Nacional que es el responsable de las finanzas de esta institución. El rector prefiere comprometer a Santos para actos protocolarios pero no con la financiación de la universidad pública. Queda claro por qué mantilla sacó por segunda vez una ínfima votación en la consulta a Rector y queda claro por qué pese a esto, el gobierno Santos lo impuso en contra del ganador legítimo de la rectoría de la institución.
Sara Abril. Correo: ssabrilg@unal.edu.co y Twitter: @SaraAbril_G

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