A la crítica situación financiera
y de infraestructura de la Universidad Nacional de Colombia, se le suma una de
las más graves amenazas que ha enfrentado en su historia: la posibilidad de
perder cerca de 135.000 m2 de su campus en la sede Bogotá, en los cuales se
ubican el edificio Uriel Gutiérrez, la unidad Camilo Torres y el recién
inaugurado Hospital Universitario, por cuenta del Plan de Renovación Urbana del
CAN.
Juan Manuel Santos impulsa este
proyecto argumentando que “ya no es rentable mantener los usos originales (…)
por cuanto el terreno que ocupa ha aumentado de valor y se han incrementado las
presiones para demolerlo y poner el terreno a su mejor y más provechoso uso”[1],
es decir que según la lógica del Gobierno es mejor demoler las clínicas y las
universidades públicas para reemplazarlas por hoteles y centros financieros,
pues estos últimos resultan atractivos para los privados dada la valorización
que sufrieron los terrenos. No sobra recordar que este proyecto está avaluado
en 12 billones de pesos, siendo uno de los más apetecidos por la banca privada
en América Latina.
La primera táctica del Gobierno
de Santos para privatizar los terrenos del CAN -hoy destinados a educación y
salud- encendió las alarmas en la Universidad Nacional cuando en los planos del
proyecto de renovación se incluyeron viviendas y corredores en los predios que
hoy pertenecen a la Universidad. Sin embargo, gracias a la denuncia que
representantes estudiantiles como Sergio Fernández realizaron desde el 2012 y a
la organización y movilización de la comunidad universitaria los predios de la
Universidad fueron excluidos -por ahora- de los planos en cuestión.
No obstante, Enrique Peñalosa
mantiene como prioridad en su mandato la ejecución de la Renovación Urbana del
CAN[2].
¿Cómo piensa entonces llevarlo a cabo? Su plan tiene dos pasos: el primero es
modificar el uso del suelo que hoy es el principal obstáculo para la ejecución
del proyecto dado que estos terrenos son de uso dotacional, es decir para
educación y salud entre otros, y para modificarlo necesita introducir en estos
terrenos un uso del suelo que permita la inversión privada y el lucro a través
del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que presentará este año; el segundo
paso es “promover (…) un esquema de Alianza Público Privada (APP) que permita (…)
la transferencia del sector público al sector privado de las responsabilidades
de construcción, financiación, mantenimiento y operación de [la infraestructura
y los equipamientos públicos]”[3]
ubicados en estos predios. Eso sí, en caso de que los bogotanos lo permitan.
Lo más grave de esto es que la
Administración de la Universidad, en cabeza de Ignacio Mantilla, planteó como
solución a la crisis de infraestructura en los edificios y terrenos amenazados
por la Renovación realizar Alianzas Público Privadas[4].
¿Coincidencia? Por supuesto que no. Está en el plan del Gobierno Nacional
asfixiar presupuestalmente a la Universidad Nacional hasta imponer -con antidemocracia-
la privatización los edificios de la institución en mal estado, desmembrado
poco a poco el campus.
En conclusión, Enrique Peñalosa
tendrá este año la potestad para definir en el POT los usos del suelo de los
terrenos en riesgo y abrir las puertas a la renovación del CAN en predios de la
Universidad Nacional pues cuenta con amplías mayorías en el Concejo de Bogotá y
con los órganos de control a su favor. A la comunidad universitaria le
corresponde entonces acudir a los métodos que han funcionado para salvaguardar
la mejor universidad del país: la organización y la movilización pacífica en
defensa de los derechos de los colombianos.
Coletilla:
Para no dejar en manos de Enrique
Peñalosa el futuro de la Universidad Nacional hay que revocarlo.
[1] http://www.minambiente.gov.co/images/normativa/conpes/2011/conpes_3694_2011.pdf
[2] http://www.bogotacomovamos.org/documentos/plan-de-desarrollo-2016-2020-documento-aprobado-por-el-concejo/
[3] http://www.minambiente.gov.co/images/normativa/conpes/2011/conpes_3694_2011.pdf
[4]
Estudio de Infraestructura Física. Comisión Consejo Superior Universitario. Informe
#5.
No hay comentarios:
Publicar un comentario